EL MUNDO DE AFUERA
enero 27, 2015
DESCARRILADOS
febrero 10, 2015

ATRAPADOS

Tiene razón el presidente cuando señala que no podemos quedarnos atrapados en Ayotnizapa. Para salir de esa trampa, se debe entender a cabalidad su origen, su significado y sus consecuencias.

Su origen fue la podredumbre de un estado que se desmorona. Cómplice. Verdugo. Fue, también, un estado torpe. Sin reflejos. Sin olfato. Ayotzinapa es una cadena de vacíos profundos y dolorosos como una fosa.

Su significado implica el reconocimiento de que no sólo fue una tragedia humana: fue una tragedia moral. Ayotzinapa es la síntesis cruel y dolorosa de un estado carcomido por la corrupción, la complicidad, la impunidad y, además, la incompetencia. Es la reja que destapó una cloaca mayor. Ahí a donde se esconden casas. Intereses. Pactos inconfesables.

Las consecuencias son la erosión de la credibilidad. La confirmación de la sospecha. El hartazgo social activado.

Si el presidente quiere que México no se quede atrapado en Ayotzinapa debe entender a cabalidad la dimensión de esta quiebra y transformar al estado, que implica transformarse a sí mismo. No lo hará.

No lo hará porque cree que se trata de una serie de malentendidos entre la sociedad y su gobierno. Una maniobra izquierdosa. Una venganza del hombre más rico del mundo. Un afán desestabilizador.

Pero ahí están las declaraciones que los vuelven confesos. La del procurador al decir que debíamos agradecer que el ejército no hubiera intervenido en Iguala, porque hubiera sido peor. ¿Peor? ¿Para quién? ¿Qué puede ser peor que el martirio al que fueron sometidos los jóvenes? ¿Qué, que suavice el hecho de que la fuerza pública está al servicio de sicarios?

Por esa incompetencia manifiesta, ese encubrimiento, esa dejadez, México es un país de inocentes. Inocentes formales son Caro Quintero. Raúl Salinas. La reina del pacífico.

Ahí están, también, las inconcebibles declaraciones del secretario de hacienda a Carlos Marín, en donde confiesa dos cosas: que posee un terreno limítrofe a su casa de Malinalco que renta a Higa y, dos, que el crédito que financió su residencia tuvo condiciones preferentes, a las que ningún mexicano tendría acceso. En suma: confieso antes de que se descubra porque tengo la certeza de que nada ocurrirá. Estoy por encima de esa utopía llamada justicia.

Ahí está el lamentable circo del ungimiento de Virgilio Andrade. El presidente refrenda que no hay delito ni conflicto de interés. Cita artículos. Se exonera. Luego de su veredicto ordena a su empleado investigarle y atreverse a desdecirlo. Pronto el ungido recula: no puede investigar la compraventa de la casa blanca. Es un tema entre particulares. Otro nombramiento inservible y otro boquete a la credibilidad.

Los tiempos extraordinarios requieren medias extraordinarias. Talentos inusuales. Voluntades gigantes.
El gobierno apuesta al business as usual. Al olvido. A patear la lata hacia adelante. Al desgaste social.

Apuesta al poder del dinero. A que el partido verde crezca al amparo de la incontinencia financiera y de cinismo que le caracteriza. A que los gobernadores operen bien la elección de junio. A que el coro de medios asociados a Los Pinos adormezca a la sociedad. A que las pantallas planas que regala SEDESOL puedan más que la dignidad. A la pulverización del voto opositor. A la vendetta con la corrupción perredista y panista. A que Lagrimita nos haga reír de nuestra tragedia. A que Cuauhtémoc Blanco nos dé el circo, aunque no haya pan.

Apuesta a que su operación será más efectiva que la realidad. Al efecto de los recortes. Al desplome del petróleo. A la devaluación que ya golpea. A la corrupción grosera. A la muerte que no cesa. Al descaro como cuando SCT dice que no hay escrito legal para cancelar los trenes rápidos: solo la palabra presidencial, más poderosa, al final, que cualquier papel inservible llamado ley.

En los pasillos de Los Pinos sigue el análisis concienzudo de la realidad.

Alguien, muy poderoso, está meciendo la cuna que está a punto de hacer caer al bebé. Tienen razón. Pero olvidan lo elemental. Para que se mueva la cuna, tiene, primero, que haber cuna.

fvazquezrig

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