LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
abril 6, 2025
DESAPARECIDOS
abril 13, 2025

ÚLTIMA LLAMADA

Fernando Vázquez Rigada

 

Por ósmosis, pero México tiene una nueva oportunidad económica.

Hemos, en este siglo, dejado ir tres. Está puede ser la cuarta y última.

La primera fueron los excedentes petroleros en la era de Vicente Fox. Luego, el gran bono demográfico que está concluyendo y que implicaba que había más jóvenes en posibilidad de producir que viejos que dependieran de pensiones. El tercero fue el Near Shoring que se abrió tras el COVID y que López Obrador no entendió ni le importó entender.

El desajuste económico mundial, que derrumbó las bolsas de todo el mundo ayer, modificará, para bien o para mal, los equilibrios globales.

Nadie sabe cómo ni cuando terminará esto, pero no se ve bien. JP Morgan ha elevado la probabilidad de que haya una recesión mundial al 60%.

Ayer, la Unión Europea respondió con un arancel de 25% a una serie de productos exportados por Estados Unidos.

Trump, a su vez, amenazó a China con un arancel de 50%.

De seguir la escalada, México tendría la oportunidad de emprender una suerte de política de “sustitución de exportaciones” hacia su —aún— socio comercial.

Ya somos el primer socio comercial del coloso del norte, pero China es el segundo. El gigante asiático exportó unos 30 mil millones de dólares menos que nosotros: más de 427 mil millones de dólares. Pero, cuidado, porque muchos de sus productos los triangulaba a través de otros países para evadir aranceles. Vietnam, al que le impusieron un arancel del 46%, exportó unos 115 mil millones de dólares adicionales.

Además, al resto de los países asiáticos, a los que se también se castigó, acumulan otros 353 mil millones de dólares sólo considerando a Japón, Corea del Sur y Taiwán.

Alemania es el cuarto socio comercial de Estados Unidos. Exportó 160 mil millones de dólares e Irlanda, décimo socio, 82 mil millones. Ambos fueron penalizados con aranceles del 20%.

Ahí es en donde México puede vigorizar su industria y tratar de suplir, mientras dure el trato, de ajustarse a las normas del TMEC. También, reconvertir o dinamizar industrias Lo más rápidamente posible, para suplir las importaciones de Asia: textiles, juguetes, electrónicos. Industrias mexicanas, las dos primeras, que fueron duramente golpeadas por la competencia asiática.

Suplir los productos de la Unión Europea será más difícil: farmacéuticos, equipo médico de alta tecnología, automóviles.

Son algunos. Habrá otros donde sí podamos competir.

Además, las empresas mexicanas deberán entender que deben sumarse al marco del TMEC si quieren seguir en el juego. Más de la mitad de las aportaciones mexicanas se hacían fuera del tratado, al amparo de la llamada “Nación más favorecida”. Les era más barato que cumplir con los estándares laborales y medio ambientales del tratado, lo cual retrata también la ética de algunas industrias nacionales.

¿Por qué aceptaría Estados Unidos exportaciones desde México, si la preocupación de Trump es el déficit?

Primero, porque trasladar industrias a Estados Unidos no es sencillo ni rápido. En muchos casos, sobre todo de China y Vietnam, eso no sucederá.

Segundo, porque aquí juega, como siempre, la política interna. La sustitución de productos asiáticos por mexicanos puede reducir la inflación que inevitablemente golpeará al consumidor norteamericano.

Puede ser que a Trump, a menos de dientes para afuera, no le importe por lo pronto el desplome bursátil, pero el uno-dos de quiebras e inflación es políticamente insostenible.

Y los republicanos enfrentarán la renovación de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado el próximo año.

La política juega de nuestro lado.

Al menos por lo pronto.

@fvazquezrig

Comentarios

comentarios

Comments are closed.