Fernando Vázquez Rigada
La mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso generaron un cisma mayúsculo. Se convirtieron en verdugos de instituciones. Lo que vimos no una reforma: fue un terremoto.
La quincena que concluyó es reveladora de los tiempos que vendrán. No es historia: es presagio.
Por un lado, están una sociedad activa, medios que destapan cada día escándalos de corrupción de Morena, un Poder Judicial que imparte justicia y un creciente escrutinio de Estados Unidos.
Por otro, el bloque oficialista encerrado en sus espacios de poder, blindándose y atacando.
La enfermedad creciente del presidente y el agotamiento de su tiempo político catalizará sus peores impulsos.
Vienen tiempos difíciles, de confrontación, agitación y quizá violencia.
10 lecciones a atender:
- Vendrá una radicalización del régimen. El cuartelazo legislativo fue grosero, cínico y peor: ilegal. Se violó el proceso legislativo. Se votó sin quórum. Sin pudor, los legisladores (es un decir) de Morena fueron a recibir órdenes del ejecutivo. Éste decretó que desea la muerte del INAI. Lo hizo horas antes de mandar matar a la Financiera Rural, al Insabi, al Conacyt, a Fonatur.
- Morena va a recurrir a lo que sea para preservar el poder. En esas coordenadas debe entenderse la transferencia masiva de facultades y recursos al ejército. También ahí se inscribe la intentona de desaparición de más organismos: falta la ordeña final para comprar millones de votos.
- Por si acaso, Morena está intentando desesperadamente de limpiar cuentas. Por eso desapareció la Financiera, el Insabi y se transfirió el Tren Maya a las Fuerzas Armadas. Eso explica también por qué se mantendrá en estado de coma al INSABI. No quieren que se exponga aún más la podredumbre moral de su partido político y sus gobiernos.
- Las oposiciones unidas no bastan. Dieron una lucha ejemplar, pero insuficiente para frenar al atropello legislativo de Morena. Sin apoyo de la sociedad, estamos perdidos.
- Morena tiene mayoría por la apatía ciudadana. El Congreso se conforma por votos. La gente ordenó estas legislaturas y ahí está el resultado. Pero ojo: 47% de los inscritos en la lista nominal no fueron a votar. Esto que ocurre es producto de la apatía de millones.
- El oficialismo no es mayoría. La integración del Congreso responde al voto que recibieron las alianzas y los partidos. No obstante, en 2021 las oposiciones tuvieron 2 millones de votos más que el oficialismo. Pese a ello, éste actúa como si efectivamente fuera una mayoría aplastante. No lo es. Ignora el sentimiento mayoritario de la sociedad.
- MC tendrá que dar color. Si se hubiera sumado a la alianza, habría una mayoría opositora en la Cámara de Diputados y el cuartelazo legislativo no hubiera ocurrido. Estos días desmintieron a MC: aquí se está con la sociedad o con Morena. Las medias tintas sólo ayudan a alguien: a Morena. O se está con las oposiciones o se es esquirol de López Obrador. No hay más.
- La sociedad deberá interconectarse. Hay una constelación de organizaciones de la sociedad civil, pero no son un sistema. Para hacerlo, tendrán que conectarse y tener objetivos, mensajes y una estrategia común.
- Urge un gran acuerdo opositor. Lograrlo demanda tener un marco de negociación y acuerdos entre todas las fuerzas opositoras: partidarias y civiles. La devastación que vendrá implica tener una base legislativa, un gobierno de coalición y, más importante, un programa común para reconstruir al país.
- Sin participación, habrá dictadura. No hay aparato que derrote a una participación masiva de la sociedad. Si la sociedad mexicana quiere ser libre y decidir su destino, tendrá que activarse, perder el miedo y sumarse a la derrota de los fanáticos.
Las lecciones del terremoto llaman a la acción. Y es ya.
Mañana será demasiado tarde.
@fvazquezrig
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