01/03/2007
Hay ocasiones en que los peores enemigos son los aliados. Schopenhauer decía que los amigos suelen en ocasiones ser sinceros. Los enemigos siempre lo son. ¿Pero qué sucede cuando el enemigo es, a la vez, amigo? ¿Que, cuando el anticuerpo que debería defendernos se transforma en virus que ataca y agrede?
Virtud y terror: es ese el binomio que persigue el bando triunfante y que no distingue, en su ceguera, amigos de enemigos. Tras diez años de iniciada la revolución y solo siete del gobierno revolucionario, nada queda. Solo la devastación de la peor guerra: la que ocurre entre aliados. Los saldos de la misma abren el reemplazo. Es el camino del 18 brumario. El ejército termina suplantando a los sobrevivientes. El experimentado ha terminado.
La dictadura ha vuelto.
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