Fernando Vázquez Rigada

El sábado pasado gané el premio Reed como mejor consultor político de Iberoamérica 2015. Carlos Mandujano, gran consultor de Cuarto de Guerra y estratega de la campaña de Silvano Auroles; Marcos Martinelli, consultor brasileño que llevó la extraordinaria campaña por la gubernatura de Rio Grande del Sur; Memo Rentería, consultor de «el  Bronco» y Rafael Valenzuela, de la magnífica campaña de Enrique Alfaro fueron la dura, excelsa competencia.

Este es, sin duda, el mayor reconocimiento de mi carrera profesional. No ha sido fácil. Erick Zamora, un querido amigo y hermano de vida y yo, abrimos PCN Consultores hace once años. Lo hicimos tras separarnos de la función pública.

Decidí renunciar al gobierno cuando Fidel Herrera era gobernador de Veracruz. Estuve en su administración 4 meses, tras 9 años de carrera en gobierno federal y 6 con Miguel Alemán Velasco.

Recordé entonces a Jesús Reyes Heroles: la política retira, nadie se retira de ella. Uno debe entender que, o se juega con las reglas o no se juega. No hay medias tintas. Al menos para mí. Pienso que si uno participa en un proyecto debe existir una comunión de intereses, valores, objetivos. Se debe admirar al líder y, me dijo José Pablo Robles Martínez en esos momentos aciagos, también se debe confiar en él. Ciegamente. Sin resquicio para la duda o el temor.

Nada de eso encontraba dentro de mí. Era yo distinto. No juzgo si mejor o peor. Eso le corresponde a otros. Pero no formaba yo parte de aquello ni quería.

Acordamos mi esposa y yo jugar las pocas cartas que nos quedaban, más con la fe que con la inteligencia. Resumí la decisión en la dedicatoria de  mi artículo semanal en Imagen y Diario del Istmo. Decía «A Marcela. A donde nos lleve el camino, pero juntos».

Me fui. Le presenté mi renuncia, irrevocable, a mi querido y admirado amigo Gustavo Sousa, imposible agradecer en persona al gobernador mi nombramiento.

Me sometí a una intervención quirúrgica en México.

Al regresar, tres semanas después, recibí en el celular una llamada de Xalapa. Era el Secretario Particular del Gobernador. Me comunicó la extrañeza del ejecutivo por mi ausencia de la oficina. Le recordé que había renunciado. Que le había buscado. Llamado. Solicitado audiencia, sin éxito. Sabía, por Gustavo, que estaba informado. Me replicó el Secretario Particular:

-Tu renuncia no fue aceptada. Debes volver de inmediato al cargo. El gobernador piensa que aún sirves.

Repliqué, endurecido el tono, el temperamento en la garganta:

-Dile al gobernador que también importa lo que yo pienso.

Colgué.

Abrimos PCN en una modestísima oficina en Río Tesechoacán, en Xalapa. No tuvimos, Zamora y yo, dinero para completar el acondicionamiento del inmueble de 50, 60 metros. Nuestros sillones «ejecutivos», decían, nos costaron 600 pesos por pieza. No había para más.

Contamos con el apoyo de gente grande, generosa, amiga. René Villarreal, Everardo Sousa, José Meade, Ignacio Vázquez Chavolla, Iván Hillman Chapoy, Victor Ochoa y Tito Tablada. Hubo muchos más. La especialización en Estrategia comenzó con Pepín Ruiz, Salvador Manzur y luego con la confianza de Miguel Angel Osorio Chong, entonces gobernador de Hidalgo.

Desde entonces, hemos participado en 115 campañas. Tenemos 99 triunfos. Hemos trabajado en todo el país. En República Dominicana y Costa Rica. Nos invitan a impartir conferencias en todo el mundo.

Fuimos los responsables de las estrategias ganadoras de los gobernadores de Baja California Sur y Querétaro, en junio pasado. Las únicas que ganó el PAN. Pancho Domínguez es el primer gobernador en la historia en recuperar una gubernatura para el PAN. Carlos Mendoza ganó por la segunda mayor ventaja de estas elecciones, arrastró al triunfo en todos los municipios y tiene mayoría calificada en su congreso. Llevamos 5 distritos en Veracruz. Ganamos cuatro. Y hubieran sido 5 si no se hubiese atravesado la traición, la pequeñez y la sevicia.

Por estos méritos ganamos el premio a mejores consultores de Iberoamérica. Ganamos también el mejor spot electoral de radio, por la campaña de Carlos Mendoza Davis. Plata en mejor cineminuto de campaña y plata en mejor foto electoral.

Ha sido un honor. Un camino difícil, como siempre lo es el que conduce a todo aquello que vale la pena.

Llevamos siempre el orgullo de ser una firma global, pero cuyo origen y sede ha sido, es y será Veracruz. Ser veracruzano es un privilegio, aunque vivamos tiempos de desesperanza.

Paradójicamente, pese a todo, o por ello, hemos recibido críticas, algunas muy injustas por infundadas, contagiadas de calumnia y acaso de odio, de algunos veracruzanos. Nunca hemos prestado atención. No hay más socios en PCN que los fundadores y ahora, el talentoso Xavier Moranchel, cuya inteligencia brilla y sobresale. Particularmente Xavier ha recibido ataques sumamente injustos y bajos. Anónimos enmascarados de pseudo periodismo. Sus agresores ignoran la fábula de la luciérnaga. Imposible pedirles,ya no haber leído, sino que conocieran a Esopo. Entenderían.

No hemos sido asesores del gobernador de Veracruz. Si lo hubiéramos sido, seguro ya nos hubieran despedido.

La ovación, se sabe, ensordece. Por eso nosotros, en PCN, somos muchas cosas: jamás coristas.

Sí, somos caros, porque lo más caro en política es perder.

El resto de la crítica, sobre todo afuera, ha sido muy positiva, en particular cuando nos han señalado errores.

Seguiremos tratando de ser mejores. Competitivos. Triunfadores.

Queremos ser vanguardia de México. Aportar. Innovar.

Tener el oído y la atención de personas que definen la vida de personas es un privilegio, pero también una enorme responsabilidad. Procuramos estar a la altura siempre.

Dar lo mejor de cada uno de nosotros, los que formamos esta empresa, en todo momento. Conocer al cliente. Apoyarlo. Comprenderlo. Aconsejarlo aún cuando, a menudo, el consejo incomode o, incluso, duela.

Seguiremos siendo amigos y valientes. Jugándonos la pluma y el verbo cuando sea preciso. No habrá dobleces ni medias tintas.

Será porque somos veracruzanos.

Muchas gracias a todos los que creyeron.

@fvazquezrig

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