Fernando Vázquez Rigada
La pandemia sigue su curso: desbocada, devorando salud, vidas, esperanzas.
El grado de devastación para el país ha sido, es, brutal.
600 mil infectados y 64 mil muertos. Las inconsistencias en los registros, tanto de enfermos como de decesos, han alertado a la comunidad científica mundial: es muy posible que México sea ya el líder mundial en mortalidad. Posiblemente el número de contagios sea también exponencialmente mayor.
Las razones son dos. En el caso de infectados, México se ha negado a basarse en la ciencia, en la estadística y en la tecnología. Al no hacer pruebas, desconocemos el número de contagiados asintomáticos, que no requieren tratamiento, pero contagian.
Por su parte, investigaciones han demostrado ya fehacientemente que en la Ciudad de México, epicentro del desastre, la cifra real de muertos debe multiplicarse por tres.
El día de ayer, México ocupó el tercer lugar mundial en número de muertos, solo por debajo de Estados Unidos y Brasil y ligeramente arriba de la India.
Este hecho es sumamente grave por las razones mencionadas, pero es aún más oscuro si consideramos que la India tiene 1,409 millones de personas, Estados Unidos 331 millones y Brasil 211 millones.
Peor: ayer, México fue el segundo lugar en nuevos casos reportados, solo debajo de la India, pero encima de Estados Unidos.
Para entender la profundidad del desastre habría que compararnos con países con población similar.
Comparemos pues con tres países: Rusia (146 millones), Japón (125 millones) y Filipinas (108 millones). México tiene 127 millones.
Nuestro país, como se comentó, reporta 600 mil infectados y 64 mil muertes.
Rusia tiene 990 mil infectados (más que México) pero sólo 17 mil muertos.
Japón tiene 66 mil infectados y sólo 1,255 decesos.
Filipinas 217 mil enfermos y sólo 3,250 fallecidos.
El número de muertos por cada 100 mil habitantes es revelador: Rusia, 117; Japón, 10; Filipinas, 32; México 494.
La razón de que Rusia tenga 390 mil más enfermos pero 47 mil muertos menos que México es el número de pruebas.
Rusia aplica 249 mil pruebas por cada cien mil habitantes. México, 10 mil.
Si estas cifras se contemplan bajo la luz de la realidad y no de la oficialidad, vemos la magnitud del desastre en la administración de la pandemia en México.
Filipinas y Rusia no tienen niveles de desarrollo muy diferentes al nuestro. Poseen problemas serios de desigualdad y escasez de servicios.
¿Qué ocurrió?
Responsabilidad. Visión. Ciencia.
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@fvazquezrig