01/02/2007
En el 2006, sin embargo, el PRI se hunde al tercer lugar. Como aquí se anticipó en abril del año pasado, las elecciones en México poseen un hilo conductor: los electores abandonan al tercer lugar y lo envían a los sótanos de política. El fenómeno lo sufrieron todos: PAN; PRD y, ahora, el antiguo partido invencible.
El dos de julio del 2006, a diferencia del 2000, lo que ocurre no es una derrota: es una catástrofe. El PRI lo pierde todo. En las elecciones presidenciales no gana un solo estado. De los cinco padrones más importantes, en todos, salvo en Jalisco, cae al tercer sitio.
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