Fernando Vázquez Rigada
El próximo domingo 26 las y los mexicanos libres y demócratas deberemos manifestarnos masivamente en las principales plazas del país para frenar la tentativa de descuartizar al INE.
Morena quiere quitar a la sociedad la organización de las elecciones para controlarlas y perpetuarse en el poder. Lo hace por una razón: no tiene certeza de que puedan ganar en el 24.
Para lograrlo, aprobaron una serie de leyes que van contra la Constitución, también contra la democracia y atentan abiertamente contra nuestra libertad.
Le han llamado Plan B. Pero tal cosa no existe.
Hay, sí, un Plan V.
Uno que viola, vulnera, vapulea y violenta. Vocifera. Uno que, en particular, tiene un tufo de venganza.
Morena pretende violar la Constitución: pisotearla. Hacerla trizas porque, en la mente febril del poderoso, ocurre lo de José Alfredo: cree que su palabra es la ley.
Pero no: la ley sí es la ley.
Es un plan V que vulnera el derecho de 94 millones de mujeres y hombres a votar en libertad. A que su voto se cuente. A que integren las casillas y la organización electoral.
Es un Plan V que vapulea a las y los Consejeros del INE, que con gran valentía interpusieron por unanimidad recursos contra este atropello. Subrayo: por unanimidad. Hay que reconocer que incluso quienes llegaron al INE con el favor de Morena han honrado su compromiso de cumplir y hacer cumplir la ley.
Pero el plan también vapulea a los miles de funcionarios del servicio civil de carrera y a una aplastante mayoría de mexicanos que aprobamos el trabajo del instituto y lo defendemos.
El Plan V para violentar la neutralidad de las elecciones. Ya aprobaron que el presidente y todos los funcionarios de gobierno se involucren en la elección e influyan en el resultado: un salto para atrás de al menos cuatro décadas.
Un plan V vociferante, que atiza la polarización en un momento en que México se parte por la violencia y el miedo; por la enfermedad y el luto; por el hambre que provoca la falta de empleo y la inflación desbocada.
Un plan V de venganza: porque se toma como ofensa que algo, lo que sea, se interponga al capricho y si éste no persiste entonces todo debe ser destruido. Un pensamiento propio del búnker hitleriano ante la derrota final y definitiva.
Es un plan V para vencer a la mala. El poder, astuto, sabe que el país se le descompone. Que su candidata preferida no emociona. Que sus gobernadores son una decepción. La derrota, antes impensable, hoy es posible. Mañana será probable. Pasado, una realidad.
Por eso Morena no tiene un plan B, sino V.
Sólo nosotros podremos detenerlo.
Porque nosotros también tenemos nuestro plan V: el de la verdad, la valentía, el vigor y la victoria.
Nos vemos en el Zócalo, en las principales plazas de todo el país, el 26 de febrero a las 11.
Hay una ola rosa gigantesca recorriendo al país.
Y no la podrán parar.
@fvazquezrig