ESTADO MEXICANO AGONIZA, URGE REINVENTARLO: VAZQUEZ RIGADA
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EBRARD Y BELTRONES
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LABORATORIO

14/11/2011

No se han analizado con atención los acontecimientos de la elección de Michoacán. Hasta la tarde del  jueves, todos los estudios de opinión perfilaban un triunfo de la candidata del PAN y hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María. El impacto del lamentable deceso del secretario de Gobernación se dio apenas 48 horas antes de los comicios, sin posibilidad de medir con precisión el posible impacto del hecho, si es que tendrá alguno.

Pero más allá de este tema, meramente coyuntural, se debe analizar lo que ocurrió en esa tierra que reúne tres características importantes: es la cuna del perredismo, la tierra del presidente y uno de los dos estados del país (el otro es Tlaxcala) que de confirmarse la ventaja del PAN, habrá tenido gobernadores de los tres principales partidos políticos.

En Michoacán cohabitan dos fuerzas de poder inmensas: los poderes constituidos y el crimen organizado.  El surgimiento, durante el gobierno del cuarto Cárdenas que gobernó la entidad (los otros fueron Lázaro padre, Dámaso y Cuauhtémoc) , de poderosas estructuras criminales convirtió a la entidad en un campo de guerra. La política perversa del gobierno federal ahí, aunado a la torpeza y opacidad del gobernador actual, ha hecho que el poder local se diluya. A la elección llega un gobernador mal calificado con un presidente que goza de alta popularidad.

La elección arrancó con una ventaja muy importante del candidato del PRI, Fausto Vallejo. La brecha con su más cercano oponente, Silvano Auroles, era de más de diez puntos. Parecía, pues, una elección decidida. Pero tal cosa no existe. Y el PAN aplicó una estrategia que resultó altamente efectiva.

La presencia de una candidata popular al gobierno estatal bajo el amparo de las siglas del PAN y del PANAL fue una novedad en Michoacán. El electorado reaccionó a sus atributos de mujer con experiencia política, que contrastaban con las del candidato de las izquierdas.  Cocoa Calderón fue una candidata que apeló a los valores familiares, a la ciudadanía y a la instauración de la decencia en Michoacán. El discurso desbarrancó al candidato del PRD.

Una vez convertida la contienda en una carrera de dos, comenzó la operación desmedida del gobierno federal para captar los votos de las redes clientelares. Los recursos fluyeron sin parar. Los delegados federales operaron abiertamente para favorecer a la hermana del presidente. La distancia con el candidato del PRI se fue cerrando. La estrategia de demolición del Presidente del CEN, Humberto Moreira, erosionó parte del discurso de eficiencia que Vallejo pretendió enarbolar.

El ambiente político se polarizó con la ejecución a mansalva, cruel y terrible, del alcalde de la piedad. Un golpe feroz contra el PAN que generó una atmósfera de terror e indignación.

Al final de las campañas la mayoría de las encuestas hablaban de una probable victoria de Luisa María Calderón. Los factores de participación, sumamente bajos en Michoacán, jugarían el último factor.

Con todo, hay una ecuación exitosa que, independientemente del resultado, inyectó competitividad a un partido que parecía muerto. Sus factores: un desgaste de los poderes locales. Una candidata mujer. El desinfle de uno de los tres candidatos. Un ambiente de crispación y temor. Un magnicidio. Cientos, miles de millones de pesos en operación política.

El verdadero laboratorio electoral del 2012 para el PAN no fue el Estado de México. Tampoco fueron los ejercicios de coalición. Fue Michoacán.

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