La Elección que Vendrá
octubre 4, 2013
Corte de Caja
octubre 4, 2013

Tres vías económicas

30/04/2012

 

El gran reto nacional se centra en la necesidad de crecer y de garantizar que el desarrollo sea incluyente. México desfallece de pobreza, de informalidad, de desempleo. Tenemos una economía atenazada: por monopolios, por corrupción, por ideología.

Las propuestas económicas de las campañas presidenciales delinean tres ofertas políticas diferentes.
La de Josefina Vázquez se enfoca, básicamente, en darle continuidad y ajustar el modelo económico actual. Apegada a la esencia del PAN, su candidata ofrece mantener la actual vertiente de políticas públicas realizando cambios dentro del sistema. Con todo, la candidata presidencial no ha asumido los costos, pero tampoco los beneficios, de proponer cambios mayores. En la vertiente liberal, ha sido Gabriel Quadri quien sÍ ha hablado de profundizar este modelo: incrementando la participación privada –privatizando Pemex- en todos los sectores y promoviendo la conexión entre educación y producción.

Andrés Manuel López Obrador, por su parte, ha sido bastante claro en ofrecer sus propuestas a la nación. López Obrador, igual que Peña, apelan por un cambio de modelo. López Obrador se enfoca a promover el mercado interno, incrementar la participación pública en la toma de decisiones, inyectar recursos público a Pemex y a CFE  y fomentar el empleo. Básicamente, López Obrador pugna por una vuelta del estado a la vida económica del país. No es el modelo venezolano: no se habla de expropiaciones ni de una economía centralmente planificada, sino más bien a una suerte de modelo de industrialización del siglo XXI, en donde el estado desarrolle la infraestructura que el país requiere para detonar crecimiento. Tampoco es el modelo chileno. Es una suerte de neo nacionalismo económico con estabilidad.

López Obrador ha dicho claramente no a las llamadas reformas estructurales: no a la reforma del sector energético, ni a la laboral. Quiere que las cosas funcionen haciendo cumplir la ley. Que quienes tengan la obligación de hacerlo, paguen impuestos. Que el estado genere ahorros para construir refinerías. Que se genere un sistema honesto de adquisiciones públicas que privilegie a la empresa nacional y que se combata de frente la corrupción.

Enrique Peña Nieto habla también de un cambio de modelo. La visión de Peña es realizar cambios que permitan aprovechar los recursos del sector privado para desarrollar más inversión. Habla de asociaciones público privadas, incluso en Pemex y CFE, sin perder la propiedad estatal. Se ha comprometido a abrir a la competencia el sector telecomunicaciones, a licitar una tercera cadena de televisión pública y a diversificar el comercio exterior. Pero ha hecho algo más: habla de la necesidad de recuperar una política industrial en México y de replantear el  tratamiento al campo. Peña quiere utilizar los recursos públicos para impulsar sectores y que esos sectores sean jugadores del mundo. El modelo Peña es más similar al brasileño, en donde el estado pone reglas y mete dinero pero promueve la participación del sector privado en la economía.

Se trata de modelo de modernización conjunta: en donde hace que el estado regrese a financiar proyectos privados, a generar infraestructura y a definir incentivos para sectores específicos. Habla de hacer que las empresas compitan como una forma de promover la inversión, la calidad, el servicio y mejores precios.

Los riegos en política conllevan siempre oportunidades. Jugar la ficha conservadora trae estabilidad, pero aleja votos. Todas las propuestas tienen rasgos de sensatez y flancos débiles. El público quiere, sin embargo, definiciones. Qué se haría y cómo se haría.

La propuesta del PAN apela a aquellos a los que les ha ido bien en estos años. Los hay. Es la clase media que ha logrado formar su patrimonio. López Obrador apela a aquellos a los que no les ha ido bien. Son muchos, pero desorganizados. Un buen número de ellos, además, están cautivos en las redes del populismo de los programas sociales federales. Peña arenga a aquellos que aspiran a un México potente, sólido, que vuelva a ser referente mundial. Perfila los detalles de cambios mayúsculos pero pide un precio a cambio: necesita poder, mucho poder para mover a México.

Seguir por el camino andado. Probar otra vez lo que funcionó o arriesgarse a explorar nuevas formas de generación de riqueza. Esos son las tres rutas económicas que se abren frente a nosotros.

Comentarios

comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*